La Sanidad (pública) es un negocio

La Sanidad (pública) es un negocio para los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, personal administrativo, arquitectos que diseñan los hospitales, constructores, proveedores de todo tipo material, farmacéuticas, conductores de ambulancia… Es un negocio incluso para los empleados de la cafetería, del quiosco, la empresa de seguridad, para quienes hacen el mantenimiento informático de los sistemas o los limpiadores que mantienen a las bacterias alejadas de los suelos. A su alrededor también se generan negocios como cafeterías alternativas para los familiares, floristerías, parkings privados, taxis que traen y se llevan visitas… Y un sinfín de beneficiados más que seguramente me dejo en el tintero -en realidad, en el teclado- y cobran más allá de sus necesidades vitales para poder atender en condiciones a los pacientes.

Un negocio del que por decreto quedan excluidos los dueños y empresarios del hospital ya que «no se puede hacer negocio con la salud». Los funcionarios/médicos cobran -y no poco- por lo que ellos sí tienen derecho a beneficiarse de las enfermedades que padece la gente. Si no fuera así se trataría de un trabajo voluntario no remunerado o, como mucho, tendrían un sueldo para satisfacer las necesidades basales de estos benefactores altruistas de la sociedad.

¿Por qué algunos políticos se empeñan en mantener que la Sanidad pública no es un negocio? Lo es y en muchos casos estos mismos políticos se benefician a través de una simpática concesión, un contrato público, la recalificación de terrenos o, directamente, gestionando las instalaciones. Interferencias burocráticas que no existirían en un sistema de sanidad libre y voluntario en el que los beneficios de la sanidad los repartiera el mercado y no el político de turno.

La sanidad pública tiene un coste -altísimo- que pagamos los contribuyentes obligatoriamente, la usemos o no (salvo si somos funcionarios) y el egoísmo mueve a todos sus profesionales a atender a los pacientes. Que nadie se alarme, no hay nada de malo y es normal que el mercado demande médicos con buenos salarios.

No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egoísmo: ni les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas.

Adam Smith, La Riqueza de las Naciones

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Modusporculandi dice:

    ¡A Rolex y Titanic le vas tu a venir con esas!.
    Ademas,tienen el trabajo hecho,sal a la calle y habla con cualquiera y veras lo rapido que te llaman neoliberal ó algun que otro neo que se les ocurra.Yo ya llevo pasando delante de las soflamas en materiales del hospital de mi barrio desde hace meses.Son malos pero muy pesados.
    No sigas por ese camino que terminaran internandote en algun psiquiatrico como en la Union Sovietica.
    ;—)

  2. jose dice:

    Mejor explicado, imposible. Asi es.

  3. Daniel Díaz dice:

    Creo que confundes el término «negocio» con el término «empleo».

    1. mrossello dice:

      Creo que deberías deberías repasar el diccionario. Según la RAE Negocio, en su primera acepción: Ocupación, quehacer o trabajo. http://lema.rae.es/drae/?val=negocio

  4. Juanma dice:

    No veo muy coherente decir que se benefician floristerías, cafeterías, kioskos… todos ellos negocios detrás de los que hay pequeños y no tan pequeños empresarios para posteriormente decir que esos mismos empresarios quedan fueran del negocio.

    Y olvidas farmacéuticas, tecnología hospitalaria, etc.

    En fin todo un surtido de empresas que hagen negocio (y lo digo en el sentido legítimo de la palabra) en la sanidad pública.

    El auténtico problema es que ante el enorme gasto sanitario lo que se intenta es aplicar una receta que no está demostrado que lo vaya a hacer disminuir.
    Hay números para todos los gustos y cada uno se cree lo que se quiere creer.
    Pero ahí tenemos el Hospital de Valdemoro que ha necesitado una inyección extra de dinero o el de Manises técnicamente en quiebra.
    Y no parece que las cuentas presentadas tengan más fiabilidad que las presentadas hace años para poner en marcha ese modelo.

    Y ante esa tesitura cada uno se sitúa en donde piensa que el dinero que nos cuesta la sanidad es más efectivo. Aunque también reconozco que hay muchos que se ponen en uno y otro lado simplemente por ideología. Entre ellos el Gobierno Regional de Madrid.

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